Los vehículos de transporte se constituyen en los principales agentes contaminantes del aire, al emitir dióxido de carbono, dióxido de nitrógeno y otras partículas provenientes de los combustibles diésel con alto contenido de azufre.

Se estima que cerca del 80% de la contaminación del aire es ocasionada por los vehículos que circulan en la ciudad. Esta situación tiene especial impacto en la salud de los ciudadanos y en particular en la salud de los niños, al haberse reportado en los últimos años un incremento significativo de enfermedades respiratorias con características atribuibles a la emisión de estos contaminantes.

Según un informe de la Defensoría del Pueblo, en los últimos años, las enfermedades respiratorias se han incrementado en más del 100%. Así, si en 1995 en Lima Metropolitana se registró 437, 275 casos de infecciones respiratorias agudas en niños menores de cinco años. Mientras que en el 2005, el número de estos casos aumentó a 1’105, 575.

Si bien ha existido un avance respecto a la dación de normas para la disminución del azufre en los combustibles[ El 20 marzo del 2006 el Congreso de la República aprobó la Ley N° 28694 que regula los niveles de azufre contenidos en el combustible diésel. Antes, en julio de 2005. se aprobó mediante Decreto Supremo N° 025-2005-EM el Cronograma de Reducción Progresiva del Contenido de Azufre en el Combustible Diésel N°s. 1 y 2.], la calidad del aire sigue viéndose afectada. Esto debido a que la mayor oferta de combustibles de los establecimientos de la ciudad, sigue siendo de combustibles sucios, con alta proporción de azufre, no así de combustibles ecológicos que se expenden sólo en algunos establecimientos.

Más del 60% del combustible que emplea el parque automotor es diésel. Los vehículos utilizan el diésel 2 cuya composición de azufre es alta, teniendo relación directa con la cantidad de emisión de contaminantes que recibe el aire. Por lo tanto, sólo si disminuimos la composición de azufre en los combustibles, disminuiremos también la carga de contaminación atmosférica (material particulado).

Otros factores asociados a la contaminación del aire se refieren al crecimiento del parque automotor y a la permisividad en la importación de vehículos con tecnología no compatible con el uso de combustibles limpios. Constantemente, más vehículos aparecen en nuestras calles, sin que los más antiguos salgan de circulación.

En tal sentido, es importante que las instituciones competentes enfaticen en la vigilancia de la calidad del aire y velen por el cumplimiento de la legislación que ha sido contemplada para preservar la salud integral de los ciudadanos y ciuadadanas.

Es necesario que las autoridades y organismos competentes velen por que las refinerías de petróleo, produzcan y comercialicen combustibles limpios, según lo establece el Decreto Supremo N° 025-2005-EM, cumpliendo así con el Cronograma de Reducción Progresiva del Contenido de Azufre en el Combustible Diésel N°s. 1 y 2. Así mismo, es prioritario garantizar, siguiendo lo establecido en esta norma, que a partir de enero 2010 todo el diésel, expendido cumpla con la norma de 50 ppm de Azufre.

Para lograr un proceso de opinión favorable a la implementación de normas que frenen esta situación, es necesario sensibilizar a la población a fin de que contribuyan en la vigilancia de la legislación.

Así también, es necesario persuadir a los conductores de vehículos de transporte público y privado a fin de que se inclinen hacia el uso de combustibles limpios disponibles en el mercado local.

La ciudadanía tiene el deber de cuidar, y por otro, el Estado tiene la obligación de velar por un aire limpio, libre de contaminación, incidiendo en el control de los agentes contaminantes y tomando las medidas adecuadas para una eficiente gestión del aire, teniendo en cuenta que se trata de un recurso insustituible y vital para la preservación de la salud y la calidad de vida de las personas.

Esta es la Ley N° 28694